17.1.13

mug shot // café para reflexionar


Sobre la disciplina del retrato mucha tinta ha corrido, siendo quizás, una de las disciplinas fotográficas sobre las que más se ha reflexionado.  Pero entre sus varias clasificaciones (retrato familiar, de celebridad, antropológico, etc.) he aquí una que no es tan frecuente entre los textos teóricos: el mug shot o fotografía de ficha policial.

Peter Doyle ha sido el curador de un archivo de miles de negativos realizados por el Departamento de Policía de Nueva Gales del Sur entre los años 1910 y 1930. Casi 2500 “personas de interés” fueron fotografiadas en ese período y entre ellas al menos 1000 fueron hechas en las instalaciones del Departamento para guardar el registro de estos hombres, mujeres y niños implicados como sospechosos o víctimas de algún crimen.

Tengamos en cuenta que este es un tipo de fotografía hasta cierto punto no consensual donde, en la mayoría de los casos, sobre uno de los participantes se ejerce coerción para retenerlo en un lugar.  Sin embargo, en claro contraste con los mugshots fríamente estandarizados de la actualidad, estas imágenes retratan la personalidad del sujeto muchas veces dándole libertad para asumir una pose y usar incluso sus accesorios particulares.

La contradicción aparece al percibir ese aire de libertad que descontextualiza estas “personas de interés” desplazándolas hacia el ámbito de la individualidad; donde gestos de desafío y coquetería parecen esbozar un paréntesis en el flujo de los eventos penales.  Un espacio donde la dinámica del fotógrafo y el fotografiado parece trascender lo trágico, el crimen o lo prosaico, y se vuelve enunciación de que un evento atemporal se está llevando a cabo.

Más de estos interesantes retratos aquí.